La semana pasada realice una descripción de
algunas festividades judías y su correlación con la Nueva Alianza justificado
en la constitución dogmatica de la Iglesia “Dei Verbum” que señala; “La
economía del Antiguo Testamento estaba ordenada, sobre todo, para preparar,
anunciar proféticamente y significar con diversas figuras la venida de Cristo
redentor universal y la del Reino Mesiánico” (Cap. IV, No. 15). También, se
menciono lo escrito por San Pablo cuando se refiere a los ritos y festividades
judías: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días
de fiesta, luna nueva o días de reposo (Sabbat), todo lo cual es sombra de lo
que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2:16,17).
En la columna anterior se menciono la primera celebración
del calendario judío que es “Rosh Hashanà” ò “día de juicio” y la segunda fiesta
que sucede 10 días después llamada “Yom kipur” ò “día de perdón”.
Los judíos celebran primero “el juicio” y después
“el perdón” porque afirman: “cuando el hombre fue creado ese día fue juzgado
porque quebrando el único mandamiento, comió del fruto prohibido”. Esta fiesta
fue asociada con el sacramento del bautismo, donde el ser humano inicia su vida
espiritual reincorporándolo a la gracia que nos fue quitada por la
desobediencia de Adán.
La
segunda fiesta, “Yom kipur” ò “día de perdón” es el día mas solemne de los judíos
por recibir el perdón de Dios por el derramamiento de la sangre de los
corderos, esto es prefigura del sacrificio de Jesucristo, cordero de Dios que
quita el pecado del mundo.
La siguiente festividad que aparece en la Tora
es la celebración de los “Tabernáculos” ò “Sucot” del 15 al 23 del mes de
Tishei (septiembre – octubre), en ella, los judíos arman cabañas con ramas y
viven en ellas por un tiempo para recordar su peregrinar en el desierto cuando
fueron liberados de Egipto. En esta celebración comparan a los hombres con “ramas”
de plantas y su ejercicio en la piedad; “algunas plantas tienen olor y son útiles,
algunas no huelen y son útiles, algunas no tienen olor, ni utilidad, así son
los seres humanos”.
Probablemente la transfiguración de Jesucristo
fue entre septiembre y octubre por la expresión de San Pedro citada en los
evangelios que hace alusión a esta práctica de las tiendas; “Maestro, ¡qué
bueno que estemos aquí! levantemos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías” (San Lucas 9:33).
En la festividad de los “Tabernáculos” existen
dos antecedentes sumamente interesantes. Para los judíos solamente el 7timo día
tiene nombre, llaman “Sabbat” que significa “día de reposo”, el resto de los días
lo asocian a números. En la fiesta del “Sucot” los judíos convierten “día de
reposo” el 1ero y 8tavo día de la semana, ósea, hacen del domingo un Sabbat
solemne. Para nosotros, el domingo lo asociamos con la resurrección de
Jesucristo, día en que Dios lo levanto de entre los muertos poniendo fin a la
antigua alianza. Lo interesante de la fiesta judía del “Sucot” es que conmemora
también “el fin”, pero, “el fin del ciclo agrícola” y en esta celebración en
los tiempos de la economía agrícola se recogían los frutos de la tierra. Es importante
recordar la asociación que Jesús hace en el símbolo del grano de trigo: “Ha
llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de
cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda
solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (San Juan 12:23, 24).
La muerte de Jesús puso fin a un ciclo pero dio
inicio a uno mejor, pues la Nueva Alianza es una invitación abierta para todos.