lunes, 29 de abril de 2013

Fiestas Judías y la Nueva Alianza (conclusión)


Estas últimas cuatro semanas he estado mencionando las fiestas judías del peregrinar del éxodo que aparecen en la Tora de Moisés que son los cinco primeros libros de la Biblia. Para concluir este trabajo es necesario hacer un resumen para comprender el simbolismo que existe en la secuencia de las fiestas bajo la percepción de la Nueva Alianza: “juicio, sacrificio por el pecado, resurrección, eucaristía y paternidad”, que en el calendario de la Antigua Alianza con los judíos es: “Rosh Hashana (juicio), Yom Kipur (día de perdón), Sucot (tabernáculos), Pesaj (Pascua), Shavout (Pentecostés)”.
El calendario litúrgico la fiestas judías inician con el “Rosh Hashana”, que es el juicio de Dios sobre la humanidad, los judíos recuerdan que en el Edén cuando Adán y Eva fueron creado ese mismo día fueron juzgados por quebrantar el único mandamiento “comer del árbol de la ciencia del bien y del mal”. Podemos concordar en el hecho de que existe un juicio sobre nosotros cuando pecamos porque la falta una vez cometida nos aparta de la gracia que recibimos.
Diez días después del “Rosh Hashana” viene la fiesta del “Yom Kipur” que es para los judíos “el día del perdón”, siendo este día el más solemne del calendario hebreo, en el se confiesa el pecado sobre el cordero y este era sacrificado en el templo. Sin duda, esta es una prefigura clara del sacrificio de Jesucristo.
Después de “Yom kipur” viene para los judíos la fiesta del “Sucot” ò “la fiesta de los tabernáculos”, esta consiste en recordar su peregrinar en el desierto tras ser liberados de la esclavitud del Faraón en Egipto. Los judíos hacen tiendas con ramas y hacen del primer y segundo domingo “días de reposo”, “días sagrados”, para nosotros el domingo es día de resurrección, afirmando que “tabernáculo” es un “templo móvil” habilitado en los tiempos del peregrinar judío. Lo interesante es que los apóstoles ya hacían una alusión al cuerpo como “la tienda” del espíritu humano, San Pedro habla de su muerte cuando afirma: “sabiendo que pronto tendré que dejar mi tienda, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo” (2da de Pedro 1:14). Para nosotros, nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, hay que purificar el cuerpo para que Dios more en el. Lo sorprendente es el orden de las fiestas judías ligado a los eventos cristianos.
Tras “Sucot” vendrá el “Pesaj” que es la Pascua judía, fiesta en la cual Jesús instituyo la Eucaristía entre sus apóstoles. El pan sin levadura llamado “Matza” es el platillo central de la celebración, los judíos se preparan por 30 días para poder comerla y por 7 días no pueden comer pan ordinario, bajo su creencia hacerlo significa “muerte espiritual”, los judíos explican la solemnidad que existe en su “Matza” afirmando: “es preferible quebrantar la Tora y comer carne de cerdo todos los días del año a comer pan ordinario en los tiempos del Pesaj”. Este respeto hebreo debe servirnos para comprender en la Nueva Alianza la grandeza de la Eucaristía y lo sagrado de lo cual participamos.
Una vez celebrado el “Pesaj”, 7 semanas después los judíos celebran el “Shavout” que es “Pentecostés” en el recuerdan cuando recibieron a Dios y los 10 mandamientos por mano de Moisés en el monte Sinai, los rabinos afirman que es en ese momento cuando Israel es proclamado por Dios como “pueblo suyo, pueblo santo”. Para nosotros, el Pentecostés cristiano nos recuerda la llegada del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y el nacimiento de la Iglesia, esto es la paternidad, no somos huérfanos (San Juan 14:18). Estas celebraciones colectivas sintetizan muy bien los ciclos de vida de cada creyente: “culpa, cruz, volver a la vida, eucaristía y ser llamados hijos del Altísimo”.