domingo, 19 de octubre de 2014

La transfiguración y la fiesta judía de los tabernáculos

Cito el pasaje de la transfiguración; “Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén. Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: ¡Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. El no sabía lo que decía”. (San Lucas 9:28b-33)
Probablemente, la transfiguración ocurrió entre finales de septiembre hasta mediados de octubre, esto lo podemos saber por la declaración “hagamos tres carpas”, en otras versiones de Biblia se menciona “tres enramadas” ò “tiendas”. Esta práctica de construir chozas es común entre los judíos y se asocia a la fiesta de los tabernáculos ò sucot que se celebra en tales fechas. Ellos llaman “sucá” a la tienda construida para el sucot. Esta fiesta es una de las más importantes del judaísmo, fue solicitada por Moisés en el libro de Levítico; “Durante siete días ustedes vivirán en chozas; todos los hijos de Israel vivirán en chozas, para que los descendientes de ustedes sepan que yo hice vivir en chozas a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto: ¡Yo soy Yavé, su Dios!” (Cap. 23, 42,43). La fiesta siembra en el pensamiento judío la idea del peregrinar, vivir en una casa temporal que no posee muros, ni techos sólidos, una casa que no es permanente sino momentánea. Según las reglas judías, la choza del sucot debe tener un techo elaborado con ramas que permitan la entrada de la luz del sol, las estrellas deben ser vistas desde el interior. La choza debe ser así porque la filosofía judía sostiene que; las posesiones no deben limitar la visión, no debemos vivir en algo que impida ver que Dios ha creado los astros del cielo.
Sucot tiene enseñanzas para la familia y la persona; el hogar no son muros y techos sino la convivencia que se crea entre los miembros. Sucot implica el despojo por siete de las comodidades de una casa tradicional para vivir en una choza. La persona debe entender que todas sus posesiones y su propio cuerpo son también una “sucá”, todo en esta vida es temporal. La choza judía del sucot es también un símbolo que hace alusión al “tabernáculo de Moisés”, una carpa temporal que los hebreos usaron para adorar a Dios mientras peregrinaban en el desierto. En sucot, los hebreos adoran a Dios en una choza temporal, no en un templo.  


Existe una gran relación entre los símbolos del sucot judio y la transfiguración de Jesucristo. El Verbo al encarnarse y poseer un cuerpo como el nuestro también habito en una casa temporal. La transfiguración mostro la gloria de Jesús a los apóstoles, grandeza que recibiría después de su muerte, después dejar su cuerpo temporal para resucitar en un cuerpo permanente, glorificado. La fiesta del sucot sirvió para preparar al pueblo judío, no en balde, de los apóstoles instruyeron que; nosotros los bautizados somos peregrinos que buscan la tierra prometida: la vida eterna, de esto cito a San Pablo: “Sigan mi ejemplo, hermanos, y observen atentamente a los que siguen el ejemplo que yo les he dado. Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su destino es la perdición, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra. En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo. El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio” (Filipenses 3:17-21).