"Jesús
les dijo: “Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la
vida de uno no está asegurada por sus bienes”. Les dijo una parábola: “Los
campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo:
"¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?", y dijo:
"Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más
grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, diré a mi alma: Alma, tienes
muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea. Pero
Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas
que preparaste, ¿para quién serán?". Así es el que atesora riquezas para
sí, y no se enriquece en orden a Dios". (San Lucas 12:15-20)
La
inquietud de muchos es el deseo por las riquezas y el evangelio, pero ¿será
posible ser católico e intentar ser rico?, ¿no dice también el evangelio “es
más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja a que un rico entre al
reino de los cielos”?, si, lo dice. En la búsqueda de las riquezas muchos se
han alejado del evangelio porque lo ven como impedimento para lograr el éxito y
la abundancia financiera. Están en un error, lo que Dios desea es la salvación
de nuestra alma, el evangelio nos advierte de las tentaciones que vendrán por buscar
la riqueza ó por tenerlas y no compartir.
Imaginemos
a Carlos Slim, es uno de los hombres más ricos del mundo con 77 años de edad, ¿Cuánto
años mas podrá vivir?, ¿10, 15 años?, quizá muera antes de los 90 años. Si Slim
optara por dejar de invertir y dejar de hacer negocios para retirarse ¿sabe
usted que cantidad de personas no podrán tener un trabajo solo porque Slim
decidió dejar su dinero guardado?. Es obvio, cuando Slim decide mover el dinero
de sus cuentas bancarias para generar negocios, crea empleos. El problema de
guardar el dinero en “el granero” para llevar una vida ociosa es que nadie se
beneficia.
Si usted
tiene dinero guardado y desea invertirlo comprando una casa, por más pequeña
que esta sea, ¿sabe la cantidad de personas involucradas en ese bien?,
albañiles, carpinteros, plomeros, electricistas, arquitectos, proveedores de
insumos y de materiales, notarios, hasta autoridades municipales y estatales,
es una concatenación laboral y de servicios.
El buen
uso de la riqueza es crear beneficios, crear empleo, el evangelio y la riqueza no
es solamente un asunto de repartir bienes entre los pobres. Cuando el trabajo
está en peligro de exención hay que tener ingenio para generarlo, y quizá,
alguien tenga mucho dinero pero no tenga ideas y otro tenga buenas ideas pero
sin dinero. Hay que hacer sinergia para crear mejores condiciones para todos.
Si Dios
da la oportunidad, el ingenio y la sagacidad para multiplicar el capital, no
olvidemos que tenemos una responsabilidad en beneficio de la sociedad. No
veamos el evangelio como un impedimento para emprender negocios, al contrario,
conozcamos los valores del cristianismo para que estén en nuestros proyectos.
Por el contrario, si no recibimos de Dios el ingenio y la sagacidad para crear
riqueza, pensemos también que nuestro patrón ha invertido en un negocio y nos
ha dado un empleo, y que, si a él le va bien en el negocio, ojala entienda lo
que es compartir, para que a sus empleados también les vaya mejor.