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domingo, 13 de agosto de 2017

El caso del Cardenal Norberto

El 11 de agosto ACI Prensa público el siguiente encabezado; “Cardenal Rivera demostró falsedad de acusaciones sobre encubrimientos, afirma Arzobispado”, señalando que “El Cardenal Norberto Rivera ha demostrado ante el Ministerio Público que las acusaciones de los ex sacerdotes Alberto Athié y José Barba sobre supuestos encubrimientos a curas pederastas fueron una “farsa orquestada”, afirmó la Arquidiócesis de México”. Esta noticia tuvo menos difusión en medios que la noticia de la acusación hecha por Athié y Barba contra Norberto.
Desgraciadamente pocos medios señalaron lo que ACI Prensa público, incluso, algunos publicaron encabezados donde se deja en duda la inocencia de Rivera. Por ejemplo, el medio “Animal Político” utilizo “Norberto Rivera rechazó que haya encubierto a sacerdotes pederastas”, el portal “Sin embargo” uso “Norberto Rivera reconoce ante la PGR que supo de al menos seis casos de pederastia”. Aunque la noticia es la misma y el Cardenal demostró no encubrir a nadie -mostró copias de las denuncias presentadas por la Arquidiócesis de México desde 2010, como lo marca la ley, contra presuntos actos delictivos al interior de la Iglesia- los medios de comunicación parece que se niegan a otorgar la inocencia al Cardenal.
Lo curioso es que dentro de los shows mediáticos, a los cuales los medios de comunicación nos tienen acostumbrados hoy en día, noto que el periodismo no indaga en Athié y Barba, la denuncia contra el Cardenal se baso en una nota publicada por el diario El Universal en diciembre de 2016. Ósea, ¿alguien puede denunciar a una figura pública usando como sustento la nota de un periódico y ningún periodista cuestiona “porque”?, ¿nadie cuestiona ó indaga si existió una doble intención en los actos de Athié y Barba?.
Es una lástima para nuestra sociedad hacer escarnio con un sacerdote. Es evidente que la imagen del Cardenal se vio dañada con este acto, Athié y Barba aprovechándose de la renuncia de Rivera –hecha por motivos de su edad- apalancaron su intención, lo denunciaron sin sustento sólido y nadie los cuestiona.
Tengo tristeza por los católicos que replicaron las intenciones de Athié y Barba, y que de buena intención creyeron estar de lado de las víctimas, aunque la victima resultó ser el Cardenal, ha sido víctima de injuria en los medios de comunicación. El Cardenal pudo mostrar su inocencia pero a nadie le interesa retribuir el perjuicio. Ojalá esto nos enseñe como católicos a que “un sacerdote acusado” no necesariamente es culpable, yo puedo acusar al Papa por haberme robado un lápiz y eso no significa que sea cierto.

Seamos prudentes y no emitamos juicio contra nadie, eso depende de Dios y de la autoridad civil. ¿Por qué termino Jesús crucificado?, por un falso testimonio. Ante la toma de una postura puede ser más puro y más sabio decir “no se” antes que tomar un bando. Existe una evidente campaña de odio contra la Iglesia Católica, eso como católicos tengámoslo bien claro, que nuestra fe no se mueva, al contrario, preparémonos más, porque entre mas se lacere el cuerpo de Cristo más próximo estará para morir pero también para resucitar, y ahí, Dios considerará solo al justo.  

lunes, 10 de julio de 2017

Animar a un sacerdote

Cada vez que un sumo pontífice visita nuestro país los medios de comunicación se aglutinan para informarnos los hechos y la agenda del clérigo. No faltan periodistas cuestionando el papel de la Iglesia en los casos de pedofilia, reviviendo encabezados de crímenes y escándalos añejos, justificándose en atender a las víctimas aunque pareciera que la preocupación es que la herida nunca sane para vender la nota cuantas veces sea posible. Ningún periodista, ninguno, ha increpado algún sumo pontífice por el desmedido asesinato de sacerdotes en el país, siendo México, uno de los países más peligrosos para ejercer este cargo. Pareciera que a ningún periodista ó medio de talla nacional ó internacional le interesa este tema, y creo que es por simple marketing. Cuando un sacerdote es acusado por un delito la noticia se publica por todos los medios, y cuando es absuelto de una acusación judicial por ser declarado inocente no hay medio que publique el hecho, salvo uno o dos, y ACI Prensa. Parece que no es rentable para ningún medio de noticias mostrar a la Iglesia cuando es víctima.  
Hace algunos meses un hombre entro a misa en la Catedral Metropolitana en Ciudad de México, fue testigo de toda la liturgia, se formo en la fila para la comunión y cuando tuvo al párroco enfrente saco una navaja e intento degollarlo. Aunque la noticia fue mostrada a nivel nacional, la investigación concluyó en que el culpable es un enfermo mental. Pero, ¿un enfermo mental puede guardar un arma entre sus ropas, seguir toda una liturgia sin escándalo, focalizar a su víctima, usar su arma con destreza y pretender emular el asesinato del sacerdote francés, Jacques Hamel?, ¿en verdad el rufián es un demente?. Me parece lógico alegar demencia cuando deseas que tu sentencia sea menor. ¿Y si el criminal no fuese un demente?, su sentencia seria mayor y el acto sería un crimen de odio contra la Iglesia Católica. Hay algo que debo hacer notar, ningún grupo social, religioso ó político en México reprobó este crimen ó dio palabras de aliento a la víctima, ni la CNDH, ni la CONAPRED, ni LGTB, ni grupos evangélicos, ni judíos, ni musulmanes, etc. ¿Cómo debemos interpretar este gesto de apatía?, ¿La vida de un sacerdote no vale ni una palabra de aliento?.
Hace algunos días, un grupo de católicos me envío una invitación para firmar una petición ciudadana que tiene como fin hacer comparecer al Cardenal, Norberto Rivera, por supuesto encubrimiento de quince sacerdotes acusados de pedofilia. Aunque la demanda fue puesta por un tercero a inicios de junio, se sustenta en una declaración pública hecha por Rivera en diciembre de 2016. La acusación se basa en el hecho de que Norberto confieso “turnar los casos a Roma” –si lo turno a una instancia superior, ¿por qué la acusación afirma que los encubrió? (no entiendo)- Lo curioso es que parece que a nadie le importa que paso con los quince sacerdotes, si fueron culpables ó inocentes, el ímpetu ciudadano esta en juntar firmas para presionar al juez y al Presidente de la República y hacer declarar a Norberto, como si la comparecencia se lograra por votos y por firmas, y no, por el dictamen de un juez en su conocimiento de las leyes y el derecho, y la evidencia presentada que sustenta la demanda. El caso es alimento para los medios, y no faltará aquel católico que sin fundamento vea a Norberto como el mismo Caifás solo por ocupar un lugar dentro de la jerarquía católica. 

Para concluir esta reflexión, en México la vida de un sacerdote parece valer menos que nada, y es tan fácil hablar pestes de un párroco y que la gente lo crea sin meditarlo y lo replique como si fuese verdad. Como bautizados tenemos la obligación de hablar lo que es justo. La recomendación de San Pablo a Timoteo fue; “No admitas ninguna acusación contra un presbítero si no viene con el testimonio de dos ó tres” (I Timoteo 5:19), aunque parece que cambiamos la palabra “testimonio” por dos o tres “rumores”. Hay que apoyar a nuestros pastores, dar ánimo y aliento, el mundo no lo hará.