Fue el sacerdote Jorge Loring al primero
que escuche dar argumentos sobre la presencia del apóstol San Pedro en Roma.
Hasta ese entonces desconocía que el tema fuese tan debatido.
Sé que muchos bautizados no
católicos niegan la presencia del apóstol San Pedro en Roma, argumentando que
“fue el emperador Constantino quien instauro el cristianismo en Roma como
religión oficial y coloco ahí la sede movido por intereses del imperio Romano”.
Sin embargo, si uno investiga en la historia de Roma, Constantino despenalizo
el cristianismo en el edicto de Milán del año 313 d.C. Esto significo dejar el
culto clandestino. Curiosamente, si seguimos dicha hipótesis anti católica, la
sede religiosa del cristianismo debió haber estado en Constantinopla y no Roma
occidental, porque casi cien años después del edicto, el imperio romano de
occidente caerá al derrocar a Rómulo, último gobernador, mientras que, el
imperio romano de oriente prevalecerá hasta el siglo XV, siendo Constantinopla
el centro del imperio romano.
Otra hipótesis muy popular es: “¿porque
la sede está en Roma, si los romanos persiguieron a los judíos?, la sede debe
ser Jerusalén porque ahí Jesucristo predico”. Este argumento aunque suene
lógico es absurdo. Bajo este criterio cuestionamos: “¿Por qué la sede debe ser
Jerusalén si ahí los judíos crucificaron a Jesucristo? ¿No debería ser Belén
donde la Virgen María dio a luz?”. El libro de los Hechos de los Apóstoles da
motivos del porque los discípulos de Jesús no pudieron permanecer en Jerusalén.
Para los apóstoles estar ò no estar en Jerusalén no era un asunto trascendente,
por lo tanto para nosotros tampoco debe serlo.
Los sectarios cuestionan la permanencia
de San Pedro en Roma para así poder negar la autoridad apostólica de la Iglesia.
Pero, supongamos lo que ellos afirman:
“San Pedro nunca estuvo en Roma”, eso tampoco es crucial porque en el
cristianismo las ciudades no reciben promesas, sino la persona: “Tu eres Pedro,
y sobre esta roca edifico mi Iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella” (San Mateo 16:18). La Iglesia puede mover su sede a
su antojo como lo expresa el libro de los Hechos (primero los apóstoles se
organizaban en Jerusalén después en Antioquia). En cambio, en el judaísmo la
sede no puede ser movida porque la ciudad de Jerusalén tiene una promesa para
los judíos, no para los cristianos.
Lo más importante es identificar si
el sucesor de San Pedro esta ò no está en la ciudad que llamados sede, para
esto citare la Biblia. En la carta escrita por San Pablo a Timoteo, el apóstol
se despide de su discípulo enviándole el saludos de varios hermanos, entre
ellos Lino (2da Timoteo 2:41). San Ireneo de Lyon afirma que este Lino es el
2do sucesor del apóstol San Pedro. Los estudiosos coinciden que la carta de San
Pablo a Timoteo fue escrita en Roma meses antes de su muerte, entre el año 58
al 67 d.C. En la misma carta, San Pablo menciona su estadía en Roma (Cap. 1, v.
17).
Espero que los siguientes argumentos
sean de utilidad para no dudar de nuestra Iglesia, dado que hay quienes ponen
en duda la autoridad apostólica católica romana con el fin de establecerse
ellos mismos como autoridad.