La siguiente reflexión es una
apología católica hacia el fanatismo gay. Citare algunos testimonios para que
los católicos no se dejen persuadir por la predicación “fundamentalista
pro-gay”, que en su afán de defender sus derechos pisotea y denigra burdamente
el derecho del resto que no piensa igual.
La realidad del mundo gay no es
presentada como realmente es por estos grupos fundamentalistas y la prensa
amarillista. Se nos hace creer que los gays son una totalidad unida en sus
intereses cuando no es así. Dibujando el espectro tenemos los más radicales,
activistas que desean modificar la ley, incluso, modificar el cristianismo. También,
los que se asumen como gay pero no están interesados en las grandes reformas,
pues están conformes con los valores occidentales. Otros son, los gays que no
desean ser gays y tienen una lucha interior. Además están los gays que creen en
Jesucristo. Sin olvidar, los que fueron gay pero han recobraron su heterosexualidad
gracias al evangelio. Estos últimos a mi juicio son los más censurados; ni la
prensa, ni los gays radicales desean darle voz, ni voto. Algunos ejemplos:
El homosexual Xabier Bongibault,
fundador y presidente de la asociación francesa “Plus gay sans mariage”, (“Más
gay sin matrimonio”) se opone a la adopción gay señalando; “un niño tiene
necesidad de un padre y de una madre. Respetemos este equilibrio familiar, que
es tan necesario para el equilibrio de la sociedad: no podemos cambiarlo todo
sin un mínimo de reflexión. Antes de resolver, que por lo menos haya un debate
sobre las cuestiones que comprometen el porvenir de la sociedad, no solamente
el de las parejas homosexuales”.
Jo Jordán, lesbiana declarada, como
legisladora del distrito de Hawaii voto en contra del proyecto de ley que
permitía las uniones homosexuales, fue criticada por la comunidad gay, pero sostiene;
“Soy un legislador en primer lugar, no estoy aquí para promocionar el orgullo
gay. Tengo que cumplir con mi deber primero y no quiero parecer sesgada. Se
trata de un trabajo de ley, de ver todos los problemas legales y lo que implica
esta medida, he puesto mis preferencias a un lado".
Jean Pier Delaume Myard, es un activista
homosexual y cineasta, que se opone a la adopción gay: “no queremos que los
niños sean privados voluntariamente de un padre o de una madre. Si los gay son
a menudo discriminados, ¿Qué tipo de discriminación le esperara a un niño que
es huérfano y fue adoptado por homosexuales?”. Myard declara que los medios “le
han robado la voz a los homosexuales que no buscan tales derechos”. Jean Pier
cree en Dios, afirma haberle dado gracias tras ayudarlo a superar una
enfermedad en su adolescencia.
Philippe Ariño, intelectual francés,
autor de varios libros sobre la homosexualidad, es un ex homosexual ahora
católico; “no estoy convencido de que la pareja homosexual sea lo mejor que le
puede ocurrir a uno que se siente homosexual de forma duradera. A día de hoy,
no me he topado con uniones homosexuales que de verdad sean sólidas,
resplandecientes y satisfactorias a largo plazo. Por eso he elegido vivir la
continencia, es decir, entregar mi homosexualidad para vivir en Jesucristo y su
Iglesia. El camino católico es liberador. Para la Iglesia católica, una persona
homosexual, aunque sienta una atracción física seria y real hacia otra persona
del mismo sexo, siempre será libre de no dejarse reducir solo a la
homosexualidad, a lo sexual, que plasma sus deseos en otra persona. Según el
Magisterio católico, la diferencia entre sexos y la identidad de hijo de Dios,
son los dos pilares fundamentales que definen al ser humano”.
Como leemos, la discusión entre el
mundo gay y el cristianismo no es un asunto de “o negro ò blanco”, hay una
infinidad de matices ideológicas y puntos de encuentro. Que estos testimonios
sirvan para que los católicos sepamos defender el modelo de familia católico y
afirmar que “no todos los gays están a favor de contraer matrimonio y adoptar”.
Como expresa Bongibault; la familia es el equilibrio de la sociedad,
modificarla pone en juego su porvenir.