sábado, 8 de octubre de 2016

La salvación expresada por Gabriele Amorth

En el libro titulado “Me encontré con satanás”, Slawomir Sznurkowski entrevista al sacerdote, exorcista, Gabriele Amorth – y aunque no escribiré sobre el demonio – Amorth expone el tema de la salvación con suma simpleza, resolviendo un conflicto inmerso en el corazón de muchos católicos; “¿Cómo se salvan los no cristianos?, y ¿si la salvación puede ser alcanzada por medio de la caridad, de qué sirve la oración y los sacramentos?”.
Antes de exponer la reflexión de Amorth, confieso que siempre he creído que todos los seres humanos a lo largo de la historia y las civilizaciones han tenido contacto de alguna manera con el verbo de Dios – sin que ellos mismos lo sepan ó lo entiendan – Esta afirmación la hago basado en el primer capítulo del evangelio de San Juan; “en Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres…” (v. 4). De alguna forma todos los seres humanos sin importar su religión ó tiempo, tuvieron por el llamado divino, cierta noción entre virtud y degradación, entendieron que existe una diferencia entre el bien y el mal.  Esta explicación mía, se limita hablar de una inspiración divina sin encarnar, un llamado que habita en el aire, en lo espiritual.  
El padre Amorth es mucho más certero con sus comentarios al tocar este punto. Gabriele se refiere ya aun Verbo encarnado para quienes están fuera del cristianismo. El sostiene; “todos estamos vinculados con Jesucristo, todos, incluso quienes nacieron mucho antes que Jesús, ¿Por qué?. Todos estamos en contacto con el prójimo. El evangelio de San  Mateo, cap. 25, versos del 31 al 46, expone el juicio universal teniendo a Jesús como juez. En esta narración se expone:
-         Vengan, benditos, porque me dieron de comer.
-         Señor, yo jamás te encontré, nunca oi hablar de ti, ¿Cuándo te di de comer?, ¿Cuándo te di de beber?      
-         Cuando lo hiciste con el más pequeño de mis hermanos.
El Señor da esa posibilidad, desde el momento en que lo hacemos con los otros, lo considera hecho a Él. Incluso todos los que nunca han oído hablar de Jesucristo, están en contacto con sus hermanos, con las personas, y en la forma en que se comporten con ellos, es como serán juzgados. Todos tienen relación con Jesucristo porque todos tienen relación con el prójimo. En el prójimo se identifica Jesús. Es dogma de fe que Dios da a todos la posibilidad de salvarse, aunque no sepamos a través de qué medios y formas.  
Las maneras de Dios son muchas. Podemos decir, basándonos en esta narración de Mateo; el camino de la caridad es camino de salvación. Y en efecto, en esta narración, no se dice: “Ven, bendito, porque fuiste a Misa. Ven bendito porque siempre te confesaste. Ven bendito porque siempre estuviste rezando”. No, solo cuenta la caridad hacia el prójimo, y logro tener caridad hacia el prójimo sabiendo que Jesús está en el prójimo. Si hago oración, me confieso, me acerco a los sacramentos, entonces puedo tener caridad hacia el prójimo, si no, no lo logro. Necesito vencer mi egoísmo. Porque si me encargo solo de mi vida – como se dice comúnmente – “tu encárgate de tu vida y yo de la mía”, para salvarse no es suficiente. Para salvarse tenemos que encárganos también de las cosas de los demás. Por eso, el beneficio de la oración y los sacramentos, es que podemos tener caridad, pues el objetivo es la caridad”.

Es impresionante como Amorth pone cada cosa en su lugar, sin demeritar los sacramentos y la oración, que a la verdad, nos transforman.