domingo, 26 de enero de 2020

Escrito mas de una vez


            "Así pues, David los ancianos de Israel y los jefes de millares, fueron a traer el arca de la alianza de Yahveh, desde la casa de Obededom, con alborozo. Y habiendo Dios ayudado a los levitas portadores del arca de la alianza de Yahveh, sacrificaron siete becerros y siete carneros. David iba revestido de un manto de lino fino, lo mismo que todos los levitas, que portaban el arca, los cantores y Kenanías, el jefe que dirigía el traslado. Llevaba también David sobre sí un efod de lino. Todo Israel subía el arca de la alianza de Yahveh entre clamores y resonar de cuernos, trompetas y címbalos, y haciendo sonar los salterios y las cítaras. Cuando el arca de la alianza de Yahveh entró en la Ciudad de David, Mikal, hija de Saúl, estaba mirando por una ventana, y vio al rey David que saltaba y bailaba, y le despreció en su corazón. Introdujeron el arca de Dios y la colocaron en medio de la Tienda que David había hecho levantar para ella; y ofrecieron ante Dios holocaustos y sacrificios de comunión. Cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre de Yahveh, y repartió a todo el pueblo de Israel, hombres y mujeres, a cada uno una torta de pan, un pastel de dátiles y un pastel de pasas." I Crónicas, 15,26-29., 16, 1-3
            Este evento es narrado también dentro del libro de Samuel (2 Samuel 6,12-19). Es interesante apreciar que dos libros del antiguo testamento mencionan el mismo evento, ¿Qué sentido tendrá citar el mismo evento en dos ocasiones?.
            El libro de crónicas hace un repaso de las genealogías que dieron origen al pueblo de Israel y cita de nueva cuenta los orígenes del rey David, el conflicto con su antecesor y el modo en que se afianzo su corona, pero el traslado del arca de la alianza es narrado con mayor detalle. Esto me hace creer que los Israelitas veían este evento como un triunfo trascendente que no debe omitirse entre judíos, debe contarse hasta presumirse.  
            Dentro del arca de la alianza residían los instrumentos emblemáticos del pacto del Sinaí. Ahí se resguardaban las tablas de las leyes de Moisés y la vara del primer sacerdote hebreo, Aarón. Israel vivía toda una mística en torno al arca de la alianza; signo del triunfo, su lugar era el centro del sacrificio como elemento santo de Dios, lo más sagrado de Israel. No cualquiera podía estar en contacto con el arca, solo aquellos que descendían de la tribu hebrea de levi y recibían el oficio de “levitas”. Por este motivo, en 2 Samuel 6,12-19 y en I Crónicas, 15,26-29, podemos leer toda una estructura bien cuidada entorno al traslado del arca de la alianza.  
            Pero, ¿Qué tiene que ver todo esto con el pueblo católico?. Lo más importante de esto es el paralelismo que nos ofrece la historia de la salvación, Israel es como “la maqueta” del proyecto que Dios establecerá en la Iglesia para el nuevo testamento. El antecedente del Sagrario Eucarístico es el arca de la alianza del pueblo de Israel. En el Sagrario resguardamos el pan y el vino consagrado, elementos primordiales de la alianza que Jesús estableció, siendo el sagrario un elemento que debe ser ubicado en el sitio más sagrado del templo, el Santísimo.
            Para concluir, si Israel narro dos veces el traslado de su arca, nosotros, debemos poner atención para no omitir lo que es sagrado dentro de la nueva alianza, mas en un tiempo como este donde se pretende hacer del cristianismo un movimiento espiritual sin elementos externos, eso es un error. Jesús dijo en el pan y el vino “esto es mi cuerpo, esto es mi sangre”, y eso, es sagrado, tan sagrado que puede ser encontrado más de una vez en el nuevo testamento.