"Porque Dios, a quien venero en
mi espíritu predicando el Evangelio de su Hijo, me es testigo de cuán
incesantemente me acuerdo de vosotros, rogándole siempre en mis oraciones, si
es de su voluntad, encuentre por fin algún día ocasión favorable de llegarme
hasta vosotros, pues ansío veros, a fin de comunicaros algún don espiritual que
os fortalezca, o más bien, para sentir entre vosotros el mutuo consuelo de la
común fe: la vuestra y la mía." (Romanos 1:9-12)
Me gusta la frase que se utiliza en
este verso; “el mutuo consuelo de la
común fe”. Todo templo católico debiese ser ese oasis donde los creyentes
pudiesen encontrar ese compartir libre de su fe sin ninguna limitante, por
desgracia, la religión cuando no se estudia se ignora y la fe se va
pervirtiendo con ideas ajenas al origen cristiano ó de aversión contra la
Iglesia. Esto provoca que el consuelo de tener una fe común se erosione,
causando fracturas al interior del cuerpo de Cristo.
En los textos de la carta a los
Romanos, el autor, San Pablo encuentra fortaleza en la fe de los otros, y los
otros se ven fortalecidos por la fe del apóstol. Este común acuerdo se da
porque se congratulan en la enseñanza cristiana, y es meritorio decirlo, quien
no estudia la fe cristiana va mermando su caminar en la fe, perdiendo la noción
del bien y del mal, alejándose del pensamiento de la Iglesia a pesar de asistir
constantemente a un templo.
Ningún católico debiese sentirse
limitado en el templo para expresar abiertamente el pensamiento de la Iglesia,
y si se siente cohibido es porque los asistentes ignoran lo que la Iglesia
enseña. Es una lástima que en el templo, escuela para la santidad y la oración,
no se pueda hablar abiertamente en contra del pecado ó exista aversión al
sacerdocio, los sacramentos, ó los santos más ejemplares de nuestra fe, como si
en cada creyente existiese el germen del sectarismo personal y no la actitud de
mansedumbre para buscar y recibir la doctrina católica con agrado; hermano católico,
no vengas a decirme que el infierno no existe ó que dos hombres se pueden
casar, eso no es cristianismo.
Es verdad que dentro de nuestra
Iglesia han existido y existen villanos, pero no añadamos más dolor al dolor,
porque si la constante de quien divide es acusar a toda la Iglesia por los
simples villanos, el caso de Judas Iscariote ha estado desde el nacimiento de
la Iglesia. Y es que Dios no lo ha ocultado, los perversos han estado inmersos
siempre en el pueblo de Dios, ¡pidamos gracia para no ser uno de ellos!.
El mutuo consuelo de nuestra fe debe
hacernos ver que el proyecto de la salvación se da en comunidad ó ¿Cómo podremos
recibir la gloria eterna si estamos divididos dentro de un mismo templo?, ¿en qué
momento las ovejas se convirtieron en pastores y los pastores le temen a las
ovejas más que al lobo?. Sea pues el pastor pastor, seamos pues nosotros las
ovejas.
Entiendo claramente que las luchas
del apóstol san Pablo fueron distintas a las nuestras por el contexto histórico
pero en algo se parecen, perseverar en la fe y guardar la sana doctrina. Espero
que todo católico se sienta libre para estudiar su fe y vivirla, a su vez,
sentirnos libres para vivir la fe en todo momento y recibir mutuo consuelo de
los hermanos, en el templo, ante los dardos del tentador.