domingo, 17 de febrero de 2019

Moisés, Jesús y la cruz


            Un rabino expresó “el revolucionario más grande en la historia de la humanidad ha sido Moisés”. Su afirmación captó mi atención pues uno imagina a Jesús como el mayor revolucionario. Pero, trate de no ser consumido por el ego cristiano para reflexionar en su señalamiento y me di cuenta que ese hombre tenía razón. A continuación explicaré.    
            Moisés fue el hombre que acudió ante el Faraón de Egipto y en repetidas ocasiones recalco; “libera a mi pueblo” (Éxodo cap. 7). Jesús en cambio no tiene como principal encomienda entrevistarse con Herodes ó Pilato, él fue llevado ante ellos en su arresto y del procurador Romano expreso; “ninguna autoridad tendrías sobre mí si no te fuese dada de arriba…” (S. Juan 19:11). Jesús reconoció la autoridad de Pilato, esta actitud no parece la de un revolucionario.
            En el tema de las leyes, Moisés instaura una ley para el pueblo hebreo, una vez que los liberó de Egipto, estando ante toda la comunidad profirió una alianza; “Tomo después el libro de la Alianza y lo leyó ante el pueblo, que respondió; obedeceremos y haremos todo cuando a dicho Dios. Entonces tomó Moisés la sangre, roció con ella al pueblo y dijo; “Esta es la sangre de la Alianza que Dios ha hecho con ustedes, según todas estas palabras” (Éxodo 24:7,8). Esto es muy distinto a la Alianza que Jesús profirió, donde solamente estaba él con sus doce discípulos celebrando la cena judía de la pascua comiendo panes sin levadura. ¿No debería un revolucionario estar delante de una multitud contagiándolos de su ánimo para iniciar una transformación?. Claro que sí.  
            Algunos ven en Jesús ese signo revolucionario, afirman “él se rebeló contra las autoridades religiosas de su época”, pero Jesús uso la siguiente expresión para referirse a ellos “en la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen” (S. Mateo 23:2,3). ¿Esta es la actitud de un revolucionario?. No parece ser así, los reconoce.
            Hay quienes señalan “Jesús trajo la revolución del amor”. En los evangelios es Jesús quien ofreció una gran reflexión sobre los textos de Moisés y las leyes judías. Por ejemplo; él se refirió a dos grandes mandamientos como el resumen de toda la ley y los profetas, estos mandamientos son; “Amarás al Señor tu Dios” el cual aparece en Deuteronomio (cap. 6, v. 5) y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” que aparece en el libro del Levítico (cap. 19, v. 18). Si estos mandamientos y muchos otros ya eran parte de la cultura del pueblo de Israel, ¿en verdad Jesús fue tan revolucionario como uno cree ó simplemente él tuvo la capacidad de resumir la ley judía de un modo extraordinario?. Creo que es la segunda.    
            Cristo introduce un elemento que muchos olvidamos hoy en día; la cruz. Tomar la cruz no parece la actitud de un revolucionario reactivo que desea cambiar el mundo. Jesús parece no renegar del sistema; no se entrevisto con Herodes, ni con Pilato, ni negó la autoridad de los fariseos. El cristianismo se parece más al hombre que aprende a gobernarse a sí mismo, el hombre que siembra cargando su cruz, mirando la viga en su ojo, ese hombre que prefiere negarse a sí mismo para no quebrantar el mandamiento divino y espera a que Dios lo resucite.