Sobrepasar.
Todo tiene un límite, todo tiene un fin y a partir de ahí un punto de retorno, de ahí que las cosas infinitas no tienen razón ni lugar para la mente humana porque estamos rodeados de cosas con principio y fin, ó mas bien el hombre a puesto un inicio y un termino a todo pensando que esto es así. Como no podemos alcanzar el infinito, ni tocarlo, ni verlo, nuestra mente se niega a reconocer el infinito como algo sin explicación, sustento o dueño.
Esta sociedad ha puesto límites a todo queriendo conquistar todo; los mares, los ríos, los campos, las comunidades, la tierra entera, y hasta la luna le hemos puesto una bandera creyendo que es nuestra propiedad, como quienes desearon construir una torre para llegar al cielo y hacerlo suyo. Pero la meta del hombre no fue el cielo ni la luna, sino poseerlo todo, sobrepasar la naturaleza y lo dispuesto de la creación.
Estamos infestados de vanidad, sellando todo con nuestra marca, dominados por el deseo de conquistar; los mercados, los consumidores, los suministros, las economías, las edificaciones, las comunicaciones. Es una lucha y una carrera que no tiene meta; la raza humana quiere descubrirlo todo, conocerlo todo, adelantarse para mostrar grandeza, ser el primero para adueñarse, ser el único para adorarse, sobrepasar a sus iguales y estar por encima de todos.
Para el hombre natural el ser dominado no tiene sentido, sobrepasar sus deseos para beneficiar a un tercero es casi un suicidio, ser conquistados es sinónimo de humillación. Si por algún motivo nos sentimos sobre pasados por circunstancias que creemos no poder llevar, creemos que hemos perdido la luz de la vida, a partir de ese momento la vida perdió todo sentido, pues nos sentimos dominados, a merced de algo que no podemos controlar. Por esto el hombre vive buscando la libertad en las riquezas, pues cree que con esto podrá sobrepasar toda circunstancia contraria a sus deseos.
Al hombre le aterra la idea de la muerte, porque no la puede controlar ni someter, ni tampoco le es lógico someterse al infinito Creador por que no lo entiende, pues el hombre sabe que no puede dominar algo que desconoce, que es presente y futuro al mismo tiempo, que es antes del principio y después del fin.
Quien desee sobrepasar la muerte debe fiarse del evangelio, porque así como los hombres piden evidencias sobre el evangelio las piden para invalidarlo y creer así que lo conquistaron y no sentirse dominados, mas si por las evidencias el evangelio se confirma se sienten derrotados y faltos de libertad, cuando no entienden que el evangelio ha venido a sobrepasar al hombre de la muerte liberándolo de la vanidad de las cosas que acaban y llevarlo a vivir el reino de Dios que es infinito.
Todo tiene un límite, todo tiene un fin y a partir de ahí un punto de retorno, de ahí que las cosas infinitas no tienen razón ni lugar para la mente humana porque estamos rodeados de cosas con principio y fin, ó mas bien el hombre a puesto un inicio y un termino a todo pensando que esto es así. Como no podemos alcanzar el infinito, ni tocarlo, ni verlo, nuestra mente se niega a reconocer el infinito como algo sin explicación, sustento o dueño.
Esta sociedad ha puesto límites a todo queriendo conquistar todo; los mares, los ríos, los campos, las comunidades, la tierra entera, y hasta la luna le hemos puesto una bandera creyendo que es nuestra propiedad, como quienes desearon construir una torre para llegar al cielo y hacerlo suyo. Pero la meta del hombre no fue el cielo ni la luna, sino poseerlo todo, sobrepasar la naturaleza y lo dispuesto de la creación.
Estamos infestados de vanidad, sellando todo con nuestra marca, dominados por el deseo de conquistar; los mercados, los consumidores, los suministros, las economías, las edificaciones, las comunicaciones. Es una lucha y una carrera que no tiene meta; la raza humana quiere descubrirlo todo, conocerlo todo, adelantarse para mostrar grandeza, ser el primero para adueñarse, ser el único para adorarse, sobrepasar a sus iguales y estar por encima de todos.
Para el hombre natural el ser dominado no tiene sentido, sobrepasar sus deseos para beneficiar a un tercero es casi un suicidio, ser conquistados es sinónimo de humillación. Si por algún motivo nos sentimos sobre pasados por circunstancias que creemos no poder llevar, creemos que hemos perdido la luz de la vida, a partir de ese momento la vida perdió todo sentido, pues nos sentimos dominados, a merced de algo que no podemos controlar. Por esto el hombre vive buscando la libertad en las riquezas, pues cree que con esto podrá sobrepasar toda circunstancia contraria a sus deseos.
Al hombre le aterra la idea de la muerte, porque no la puede controlar ni someter, ni tampoco le es lógico someterse al infinito Creador por que no lo entiende, pues el hombre sabe que no puede dominar algo que desconoce, que es presente y futuro al mismo tiempo, que es antes del principio y después del fin.
Quien desee sobrepasar la muerte debe fiarse del evangelio, porque así como los hombres piden evidencias sobre el evangelio las piden para invalidarlo y creer así que lo conquistaron y no sentirse dominados, mas si por las evidencias el evangelio se confirma se sienten derrotados y faltos de libertad, cuando no entienden que el evangelio ha venido a sobrepasar al hombre de la muerte liberándolo de la vanidad de las cosas que acaban y llevarlo a vivir el reino de Dios que es infinito.