Una vez alguien me dijo: “Jesús no vino al mundo a fundar una religión, el vino hablarnos del amor”, en aquel entonces acepte la frase pues no conocía sobre Sagradas Escrituras. Por esto, quiero compartir al lector esta reflexión.
Según el diccionario de la real academia “religión” es “El conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto, observancia de doctrinas”. La carta del Apóstol Santiago afirma que “la religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo”, esta carta va dirigida a una comunidad de creyentes, refiriéndose el Apóstol a “religión” como la cátedra impartida por ellos.
Haciendo un repaso por los evangelios, lo primero que debo mencionar es que Jesús nació de acuerdo a las profecías de la religión de los Judíos, Herodes pregunto a los eruditos judíos ¿en donde habrá de nacerá el Cristo de Israel? y estos respondieron: “en Belén de Judea”. Otro punto muy importante es que según los escritos del profeta Jeremías (650-
Haciendo un resumen de lo citado, existe pues un conjunto de dogmas establecidos por el mismo Cristo; Estableció una Alianza Nueva, se refirió al pan consagrado como su Cuerpo, entrego las llaves del Reino de los cielos a San Pedro, dio autoridad a los Apóstoles para perdonar ó retener pecados, pidió la evangelización del mundo, bautizarlo y difundir su cátedra, todas estas creencias integran una religión.
Si creemos en Jesús ó en algo lo estimamos, confiemos en lo que El estableció.