El libro del apocalipsis se caracteriza por
utilizar un lenguaje que expresa su mensaje utilizando símbolos e imágenes
entendibles para su generación. Por esta razón el libro puede ser confuso para
nuestra generación y limitado para transmitir el mensaje: la sociedad moderna no
comprende la lectura, el texto no le aporta nada.
La
propia lectura de la biblia puede aportarnos luces para identificar los signos
que posee el libro del apocalipsis. La Escritura va mostrando desde sus
primeros libros, los signos y las figuras, que se asocian con el bien y con el
mal. A continuación hare un paralelo entre el siguiente texto de apocalipsis y
algunas citas del antiguo testamento para comprender signos de la lectura:
“(…)
La plaza de la ciudad está pavimentada con oro refinado, transparente
como cristal. No vi templo alguno en la ciudad, porque su templo es el Señor
Dios, el Todopoderoso, y el Cordero. La ciudad no necesita luz del sol ni de la
luna, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero. A su luz
caminarán las naciones, y los reyes de la tierra llevarán a ella sus
riquezas. No habrá que cerrar sus puertas al fin del día, ya que allí no
habrá noche. Traerán a ella las riquezas y el esplendor de las naciones. Nada
manchado entrará en ella, ni los que cometen maldad y mentira, sino solamente
los inscritos en el libro de la vida del Cordero”. (Ap. 21, 21-27)
Una
práctica común del pueblo de Israel era atesorar las riquezas dentro del templo
y consagrarlas para Dios, pero también,
venido el ataque de un pueblo ajeno tales tesoros eran robados. Tal es el caso
de lo sucedido entre el rey de Babilonia y el rey de Judá, Ezequías. Cuando Ezequías
se vio sanado de su enfermedad, el rey de Babilonia envío mensajeros para
felicitarlo, fue tal la confianza de Ezequías que les mostró todos sus tesoros
hasta los mejor resguardados. Por esta situación, el profeta Isaías lanzó una profecía
sobre el rey, advirtiéndole que el pueblo de Babilonia se apoderará de todas
sus riquezas y sus descendientes serán siervos eunucos de aquel pueblo. (2do
libro de los reyes 20, 12-19). El texto citado de apocalipsis describe un hecho
contrario a la lógica del mundo antiguo: “los reyes de la tierra llevaran a
ella sus riquezas”. Apocalipsis muestra la visión para una sociedad nueva,
compuesta por individuos que actúan de modo distinto a lo conocido en el mundo
antiguo.
Otro
caso ilustrativo es el del rey David cuando sometió a los pueblos arameos y
obtuvo de ellos todo el bronce posible –material con el cual después el rey Salomón
construiría el mar de bronce-. Las conquistas militares de David, llevaron a
consagrar a Dios, todo el oro y plata obtenida de las naciones: Edom, Moab,
Amonitas, Filisteos y Amalecitas (1er libro de Crónicas 18, 1-13).
Para
concluir, el autor de apocalipsis plantea la visión de una ciudad mucho mas
acaudalada que las ciudades conocidas: las riquezas fluyen con franqueza, son
las naciones y los reyes quienes las aportan, en un sitio que goza de seguridad
a puertas abiertas pues la obscuridad no existe. Para actualizar los paradigmas
del mundo antiguo en una sociedad actual, podemos advertir los nuevos tesoros anhelados
en la modernidad: el éxito, la felicidad y la estética del cuerpo, sabiendo por
la fe y la gracia que en lo celestial hay un éxito mayor, una felicidad
inagotable y una belleza que excede a todo lo conocido.