El
uso de la tradición oral como fuente para escribir la biblia es un modo que
muchos desconocen, incluso hermanos separados. En esta reflexión me refiero a tradición
oral como las historias que son guardadas por el pueblo y que en determinado
momento se incluyeron en la biblia. No me refiero a la Tradición oral apostólica
que resguarda la Iglesia pues esa no necesariamente se escribió en su totalidad.
Dentro
del primer libro de Samuel se presenta la historia del origen del rey David. Los
inicios son citados en los capítulos dieciséis y diecisiete. En estos pasajes
encontramos tres distintas narrativas que no resultan estar en concordancia,
hasta pueden resultar contradictorias.
El
primer relato del origen de David (1er libro de Samuel 16:1-13) afirma que era
un pastor de ovejas, hijo menor de Jesé y fue ahí, cuando el profeta Samuel lo
unge para suceder al rey Saúl: “Tomó Samuel el cuerno de aceite y le ungió en
medio de sus hermanos. Y, a partir de entonces, vino sobre David el espíritu de
Dios. Samuel se levantó y se fue a Ramá” (v. 13).
El
segundo relato se presenta del verso catorce hasta el veintitrés, y sostiene
que David entró a la corte como un trovador y guerrero al servicio del rey
Saúl: “Llego David donde Saúl y se quedó a su servicio. Saúl le cobró mucho
afecto y lo hizo su escudero” (v. 21).
El
tercer relato (cap. 17) sostiene que sus tres hermanos mayores, Eliab, Abinadad
y Samá, eran parte del ejército del rey Saúl. David pastoreaba las ovejas de su
padre cuando se atrevió a tomar el reto de Goliat. David era un desconocido
para el rey Saúl: “Cuando volvió David de matar al filisteo, lo tomó Abner y lo
llevó ante Saúl con la cabeza del filisteo en la mano. Saúl le preguntó: “¿De quién
eres hijo, muchacho?”, David respondió: “De tu siervo Jesé, de Belén” (v. 18, 57,
58).
Entonces,
¿Cómo pudo Saúl desconocer a David si versos antes se afirmó que era su
escudero y lo amaba mucho?, ¿Cómo entró David a la corte de Saúl: fue mediante
la música, mediante su victoria contra Goliat o porque Samuel lo ungió?.
La
respuesta es sencilla, el relato descrito no posee un orden cronológico sino
que se basa en tres fuentes distintas, tres tradiciones descritas por el pueblo.
El primer relato parece tener más relación con la escuela profética de Samuel, imaginemos
a los discípulos del profeta dando su testimonio sobre la unción que recibió David
de parte de Samuel. En los otros dos relatos se advierte la capacidad guerrera
de David, trovador y guerrero, escudero, vencedor de Goliat, imaginemos al
pueblo que tenía relación con el ejército y la corte de Saúl dando su
testimonio sobre David. ¿Esto es algo fiable?. Claro que si, supongamos que
deseamos hacer una reseña de nuestro abuelo y hacemos una recopilación de anécdotas
tomando como fuente a familiares y amigos, cada fuente tendrá un enfoque
distinto, podrán concordar en algunos puntos y discrepar en otros. En base a
esa recopilación se construye la reseña y se escribe.
Como
lectores de la biblia tenemos que tener claro esta característica cuando se
presentan este tipo de narrativas. Al ser textos tan antiguos, no todos
responden a un orden cronológico estricto, por lo tanto, entrar en una
discusión literal de la concordancia de lo narrado no tiene sentido, lo
importante es que el evento se describió y está escrito.
Los
primeros versos del evangelio de San Lucas dan mucha claridad sobre este modo y
esta forma de estructurar los relatos bíblicos. El evangelista describió primero
como fue que escribió sobre Jesús; “Puesto que muchos han intentado narrar
ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las
han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y
servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado
diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre
Teófilo” (v. 1-3).