Recuerdo que hace muchos años era increpado
constantemente por un amigo evangélico, el usaba versículos bíblicos para
cuestionar la fe católica.
Un versículo comúnmente usado para cuestionar
los rezos católicos es el de San Mateo; “Y
al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se
imaginan que serán oídos por su palabrería” (Cap. 6, v. 7). Parece que el
asunto es claro; “no debemos usar repeticiones”, pero no es así, desmenucemos a
fondo el versículo.
El texto dice “no uséis repeticiones sin sentido”,
ósea, ¿podemos usar repeticiones que tengan sentido?, claro que podemos
usarlas, el rezo constituye una parte fundamental de la espiritualidad solicitada
desde el antiguo testamento. Entre los judíos el rezo es conocido como “tefila”,
y se atribuye al periodo de Esdras la institución de las plegarias y los rezos en
los actos litúrgicos hebreos. El rezo del antiguo testamento tiene gran soporte
en el libro de los Salmos. El rezo no debe ser sin sentido, sino con sentido;
reconocer la autoridad y soberanía de Dios sobre la creación para disponernos
aceptar su voluntad.
En este capítulo, Jesús hace alusión a la
sinagoga (v. 5), y como algunos judíos, cayendo en la tentación humana,
hicieron del rezo algo social; “a ellos
les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las
calles, para ser vistos por los hombres”. El ego de la persona distorsiono
la vocación del rezo – en bienes raíces, la esquina de las calles es el punto
de mayor valor, la mejor vista - sí, nos
gusta ser vistos por la gente y que nos aplaudan. Un rezo social traerá la
tentación de acabar con la espiritualidad del rezo, esta tentación puede
vencerse interiorizando el rezo, a solas ó en grupo.
Un punto importantísimo del texto de San Mateo,
que no debe ser omitido, es que el verso hace alusión a “los gentiles” (v. 7).
Estos eran los pueblos paganos, aquellos que no tenían la revelación del monoteísmo,
ni el decálogo de Moisés. Los gentiles desconocían al Dios verdadero, por ignorancia
adoraban a deidades mitológicas ó la misma creación; el sol, la luna, el volcán,
el trueno, etc.. Desde esta óptica, el rezo de los gentiles no tiene sentido
por estar ofrecido a los objetos inanimados.
En el mismo capítulo de este evangelio, versos más
adelante, Jesús ofrece a sus discípulos la oración del Padre Nuestro (v. 9-13).
Esta oración, sin duda, es la más repetida en el pensamiento cristiano y neo-testamentario
sin importar denominación ó religión. Cristo no caería en la contradicción de “prohibir
usar repeticiones” para después enseñar el Padre Nuestro. Lo que se prohíbe es
usar repeticiones sin sentido, pues usar lo sagrado sin sentido es profano.
Entonces, sabiendo que está permitido, cuidemos
de no profanar el rezo católico haciéndolo sin sentido, arrastrados por la monotonía
del día, el protocolo y la urgencia. Disfrutemos el rezo para que nuestro espíritu
descanse en este acto, interioricemos y pensemos; aunque el evangelio es el
mismo y ofrece algo nuevo para cada día, así, el rezo aunque sea lo mismo puede
traer algo nuevo para cada día porque el rezo tiene su simiente en el
evangelio. El rezo de ayer ya paso, adentrémonos en el rezo de hoy.