“Jesús se fue a la región de Cesarea de Filipo. Estando allí, preguntó a sus discípulos: Según el parecer de la gente, ¿quién soy yo? ¿Quién es el Hijo del Hombre? Respondieron: Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros que eres Elías, o bien Jeremías o alguno de los profetas. Jesús les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Pedro contestó: Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo. Jesús le replicó: Feliz eres, Simón Barjona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos”. (Mateo 16:13-17).
Me gustaria que nos ubicaramos en el contexto de este pasaje; Jesús no ha resucitado áun y su predicación es dentro de los límites de Israel. Jesús lanza una pregunta directa a sus discipulos, ¿Quién soy yo para ustedes?, ¿Quién es el Hijo del Hombre?. Debo mencionar que el “Hijo del Hombre” es un personaje citado en la una visión en el libro del profeta Daniel, y es utilizado en las creencias Hebreas para referirse al Mesias Dios que esperan los Judíos.
Jesús pregunta abiertamente, ¿Quién es el Hijo del Hombre?. Imaginemonos esos minutos entre Jesús y los discípulos, es de esperarse que la mente de cada uno estuviera llena de dudas al no poder acertar a esta interrogante. Pero ahí estan todos estos hombres con limitaciones tratando de entender el mensaje de Jesús y comprender lo que Dios es, aunque a sus adentros en lo individual quiza no puedan entender lo que Pedro contestó. En cambio, unos respondieron: “dicen que eres Juan el Bautista; otros que eres Elías, o bien Jeremías o alguno de los profetas”, en estas respuestas, tenemos una basta gama de pensamientos que los podemos comparar con los credos y las religiones que hay hoy en el mundo. Los discipulos no sabian exactamente que contestar pero sin duda desaban conocer la respuesta correcta. De esta misma forma veo a las distintas creencias: como hombres sentados mirando hacia el cielo en busca de respuestas, ¿Son culpables por las cosas que desconocen?, No lo se, pero lo que si se es que a pesar de que los dicipulos se equivocaron en sus respuestas a excepción de San Pedro, Cristo no condeno a ninguno, al contrario, Cristo quizo escuchar abiertamente sus opiniones. Esto es señal de tolerancia.
Un ejemplo de tolerancia religiosa mencionado en las escrituras es aquel texto presentado por Lucas en la declaración del Fariseo Gamaliel doctor de la Tora. Dentro del contexto, los Apostoles han sido torturados por los Judios y se les prohibe anunciar la fe Cristiana dentro de Jerusalén. El Fariseo a pesar de no ser Cristiano pidio al consejo Judio dejar en paz a los Apóstoles.
Aveces pienso que Dios permite la diversidad para que podamos construir la paz desde las diferencias, pues aspirar a la paz deseando que todos piensen y crean solo lo que yo creo es un modo de pensar muy egoista. Jesus lanza la pregunta entre sus discipulos, ¿Quién soy Yo?, que llevada al dia de hoy, dicha pregunta no debe ser motivo de discordia, sino una invitación para adentrarnos en la misma pregunta, ¿Quién es Jesús?.
