En estas
vacaciones visite la ciudad de México y adquirí un libro sobre historia de
México llamado; “De héroes y mitos” escrito por Enrique Krauze. Cuál fue mi
sorpresa al encontrar que el autor hace un repaso por los periodos relacionados
con el debate de “la libertad de culto en México”. De inicio, el contexto
internacional fue el siguiente, la fórmula de “la libertad de culto” había sido
empleada en Estados Unidos con gran éxito para atraer capitales extranjeros de
inversionistas de distintos credos. Estados Unidos firmo su acta de
independencia en 1776 y México en 1821, la tolerancia religiosa y el derecho de
todos los civiles a practicar su culto era clave para atraer inversionistas de
otras naciones. De tal suerte que, México intento emular el camino con el fin
de atraer la inversión extranjera para el beneficio del México naciente.
De la obra de
Krauze hago cita de las posturas “a favor” y “en contra” de los debates en
prensa y el Congreso entre pensadores y políticos mexicanos (mencionando solo
el nombre de algunos) en este periodo de la historia de nuestro país (1848 al
1865) para que nos miremos hoy como País y como Iglesia. Posturas en contra
(recordemos, es 1848); “la tolerancia religiosa romperá la unidad religiosa de
nuestro país…”, Observador Católico (1848); ”bajo el pretexto de tolerar a los
hombres que no son de las mismas creencias se puede caer en el error de
contaminar la verdad de nuestra fe”, “la tolerancia religiosa no debe ser una
condición para que México atraiga inmigrantes”, Mariano Arizcorreta; “es verdad
que la libertar de cultos atraerá inmigrantes, pero, habrá que esperar el
tiempo en que los inmigrantes nacionalizados lo exijan”, De la Rosa; “un pueblo
que abriga en su seno la división religiosa traira consigo la lógica de que sus
ciudadanos desechen cualquier religión, dando argumentos al pueblo para ser
indiferentes, incrédulos ó ateos, ¿Qué será de la moral?, ¿qué ley podría darse
a la conciencia, que norma a los intereses, que freno a las pasiones?, Entonces
el hombre entroniza el egoísmo en su corazón y se entrega por completo a los
placeres materiales, la moral fluctuara al azar de los individuos”, “si se
establece la tolerancia es de esperarse que algún día llegue a ser Presidente
de la Republica el simpatizante de una secta”, “La tolerancia llevara a la
persecución de la Iglesia Católica” (sucedió en 1926), “La tolerancia permitirá
la propagación de errores y supersticiones en el pueblo mexicano”. Menciono los
argumentos a favor; José María Mata; “la tolerancia es un principio ético,
filosófico, democrático de civilización”, dice Francisco Zarco; “la tolerancia ya
es practicada por la Iglesia, en el estado Vaticano existe el respeto y la
libertad para los demás cultos, si el Vicario de Cristo permite en su estado
que los hombres practiquen la religión que deseen sin duda es porque no
encuentra un ataque a la religión verdadera”, “la unidad religiosa no se ha de
sostener legalmente, la unidad religiosa impuesta por la ley seria un absurdo”,
“La prosperidad de Estados Unidos no existiría sin la libertad religiosa”, Ignacio
Ramírez; “la libertad religiosa es un principio del evangelio, el pueblo no se
opone a la tolerancia porque sabe que Cristo fue tolerante”.
A más de 150
años de distancia algunas posturas ¡parecen actuales!. Que la tolerancia no sea
el argumento para dejar la moral al azar ó demeritar las verdades de nuestra
fe, que el credo de otros no provoque en nosotros un temor manifestado en
odio.