Una
de las enseñanzas de Jesucristo mas practica para la vida es la integridad,
recordemos lo dicho; “que tu hablar sea si si es si y no si es no, porque lo
que es mas de esto, de mal procede” (San Mateo 5:37), hasta el filosofo y
pensador ateo Paolo Flores d´Arcais afirma que en esto le da la razón al
evangelio: “todos deberíamos poner en práctica lo enseñado por Jesús sobre el
uso del sí y el no, pues, la sociedad moderna es gobernada por la dictadura de
la hipocresía…”.
Los
mexicanos parecemos estar en un espectro cómodo y discordante, recordemos los
dichos populares: “mañana te pago, la última y nos vamos…”, hasta decimos “nos
vemos a las 8 para estar a las 8:30…”, esta discordia entre el hablar y el
hacer la vivimos incluso dentro de nuestras parroquias cuando hay reuniones de
trabajo y todo mundo los acepta responsabilidades, pero, acabada la reunión
parece que todo se olvido y se siguen haciendo las cosas del mismo modo.
¿Por
qué somos así los mexicanos?, quizá se sorprenderá lo que voy a escribirle.
Tras la crisis europea algunos españoles han emigrado a nuestro país para
buscar trabajo, según un reportaje publicado por un medio de noticias nacional
lo que más les molesta a los españoles cuando buscan un trabajo en México es
que los hagan esperar, ellos no entienden porque “si la cita es a las 10 am los
atienden a las 11 am” ó “les posponen la cita cuando ya pasan de las 10:30 am”,
para nosotros es normal, pero, ¿por qué para ellos no?, ellos afirman “es una
falta de respeto”, “es una humillación, el hecho de que no tengamos trabajo no
significa que puedan disponer de nuestro tiempo ó que nuestro tiempo no valga
nada…”. ¿por qué seremos así los mexicanos?, bajo una hipótesis personal lo
atribuyo a una condición cultural, supongamos que, en tiempos de la Nueva
España un español cita a un criollo a tal hora, pero, como el español quiere
denotar que es superior al criollo lo hace esperar, después, el criollo tiene
una cita con un mestizo, pero, para mostrarle que no son iguales el criollo
hace esperar al mestizo, después, este mestizo se cita con un indio, pero, para
manifestar que no son iguales también lo hace esperar y con esto se crea un
circulo vicioso donde nadie es igual que nadie y nadie respeta se respeta y
entre españoles, criollos, mestizos e indios se meten el pie unos a otros cada
vez que caminan. ¡Viva México…canijos!.
Expertos
del lenguaje señalaban que los latinoamericanos hablan de un modo irregular por
su pasado esclavista. Es común que el mexicano afirme y niegue al mismo tiempo,
por ejemplo, decimos “que buena comida ¿no?” ó “nos vamos al cine ¿no?”, estas
formas vienen porque en el tiempo de los esclavos los castigos eran muy
severos, las personas se acostumbraron a hablar de esta forma peculiar para
suavizar las circunstancias, dejar la posibilidad verbal para negar lo dicho y
evadir las responsabilidades por temor a los castigos, “así se siente el país
hoy ¿no?” con eufemismos y sin responsabilidades donde se elude lo dicho, por
este pasado, a los mexicanos nos cuesta tomar la obligación con todas sus
consecuencias y nos duele reconocer el error porque también como pueblo hemos
hecho de la corrección un castigo, ridiculizamos a quien se equivoca, en México
es común que todos se deslinden de la obligación, desde funcionarios, policías,
maestros, profesionistas, vecinos, hasta en los grupos litúrgicos sucede.
Seamos
prudentes y benévolos para corregir mas no negligentes, hablemos “si” cuando es
“si” y “no” cuando es “no”, distingámonos de entre los demás, es algo solicitado
por Jesucristo.