Estas últimas cuatro semanas he estado
mencionando las fiestas judías del peregrinar del éxodo que aparecen en la Tora
de Moisés que son los cinco primeros libros de la Biblia. Para concluir este
trabajo es necesario hacer un resumen para comprender el simbolismo que existe
en la secuencia de las fiestas bajo la percepción de la Nueva Alianza: “juicio,
sacrificio por el pecado, resurrección, eucaristía y paternidad”, que en el
calendario de la Antigua Alianza con los judíos es: “Rosh Hashana (juicio), Yom
Kipur (día de perdón), Sucot (tabernáculos), Pesaj (Pascua), Shavout (Pentecostés)”.
El calendario litúrgico la fiestas judías inician
con el “Rosh Hashana”, que es el juicio de Dios sobre la humanidad, los judíos recuerdan
que en el Edén cuando Adán y Eva fueron creado ese mismo día fueron juzgados por
quebrantar el único mandamiento “comer del árbol de la ciencia del bien y del
mal”. Podemos concordar en el hecho de que existe un juicio sobre nosotros cuando
pecamos porque la falta una vez cometida nos aparta de la gracia que recibimos.
Diez días después del “Rosh Hashana” viene la
fiesta del “Yom Kipur” que es para los judíos “el día del perdón”, siendo este
día el más solemne del calendario hebreo, en el se confiesa el pecado sobre el
cordero y este era sacrificado en el templo. Sin duda, esta es una prefigura
clara del sacrificio de Jesucristo.
Después de “Yom kipur” viene para los judíos la
fiesta del “Sucot” ò “la fiesta de los tabernáculos”, esta consiste en recordar
su peregrinar en el desierto tras ser liberados de la esclavitud del Faraón en
Egipto. Los judíos hacen tiendas con ramas y hacen del primer y segundo domingo
“días de reposo”, “días sagrados”, para nosotros el domingo es día de resurrección,
afirmando que “tabernáculo” es un “templo móvil” habilitado en los tiempos del peregrinar
judío. Lo interesante es que los apóstoles ya hacían una alusión al cuerpo como
“la tienda” del espíritu humano, San Pedro habla de su muerte cuando afirma: “sabiendo que pronto tendré que dejar mi
tienda, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo” (2da de Pedro
1:14). Para nosotros, nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, hay que
purificar el cuerpo para que Dios more en el. Lo sorprendente es el orden de
las fiestas judías ligado a los eventos cristianos.
Tras “Sucot” vendrá el “Pesaj” que es la Pascua judía,
fiesta en la cual Jesús instituyo la Eucaristía entre sus apóstoles. El pan sin
levadura llamado “Matza” es el platillo central de la celebración, los judíos se
preparan por 30 días para poder comerla y por 7 días no pueden comer pan
ordinario, bajo su creencia hacerlo significa “muerte espiritual”, los judíos explican
la solemnidad que existe en su “Matza” afirmando: “es preferible quebrantar la
Tora y comer carne de cerdo todos los días del año a comer pan ordinario en los
tiempos del Pesaj”. Este respeto hebreo debe servirnos para comprender en la
Nueva Alianza la grandeza de la Eucaristía y lo sagrado de lo cual
participamos.
Una vez celebrado el “Pesaj”, 7 semanas después
los judíos celebran el “Shavout” que es “Pentecostés” en el recuerdan cuando
recibieron a Dios y los 10 mandamientos por mano de Moisés en el monte Sinai, los
rabinos afirman que es en ese momento cuando Israel es proclamado por Dios como
“pueblo suyo, pueblo santo”. Para nosotros, el Pentecostés cristiano nos
recuerda la llegada del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y el nacimiento de
la Iglesia, esto es la paternidad, no somos huérfanos (San Juan 14:18). Estas
celebraciones colectivas sintetizan muy bien los ciclos de vida de cada
creyente: “culpa, cruz, volver a la vida, eucaristía y ser llamados hijos del Altísimo”.