La ley del antiguo testamento se compone de 613
mandamientos. Algunas sectas cristianas citan el antiguo testamento queriendo
reavivar mandamientos antiguos, sin considerar que el antiguo testamento fue
una alianza de Dios con Israel, no con bautizados. Algunos bautizados dicen: “el
sábado es día de culto” porque la biblia menciona el “7timo día como día de
reposo”, día de acudir a la Sinagoga. Sin embargo omiten dos detalles importantes;
la Sinagoga no era un templo, y según la ley antigua, un sábado (Sabbat) era
guardado cada séptimo día, pero también se exigía celebrar “el gran Sabbat” una
vez al año, ese día de reposo podía caer cualquier día de la semana. Los bautizados
que pretenden guardar el sábado omiten el resto de las leyes bíblicas asociadas
al sábado, por ejemplo; “No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas el
día de reposo” (Éxodo 35:3). Los judíos que guardan el sábado cocinan sus
alimentos desde el viernes para no encender el fuego de la estufa en sábado, en
cambio, los bautizados que “creen guardar el día de reposo” encienden: la
estufa, el boiler, el cigarro, etc.
La Iglesia en el siglo primero tuvo discusiones
con los judíos que habían abrazado la fe en Jesucristo, argumentaban que las
leyes del antiguo testamento eran necesarias para la salvación. Muchas sectas
actualizan el discurso exigiendo mandamientos del antiguo testamento, citando versículos
de modo aislado. El concilio de Jerusalén considero que el ser humano es
santificado por medio del Espíritu Santo, los 613 mandamientos del antiguo
testamento no son necesarios. El discurso que San Pedro dio a los fariseos que
creyeron en Jesús, cuestiona; “¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la
cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres hebreos, ni nosotros
hemos podido llevar?” (Hechos 15:10). San Pedro se refiere al yugo de los mandamientos
del antiguo pacto.
Entonces, ¿para qué sirvieron los 613 mandamientos
antiguos, si la gracia traía por Jesús es lo que nos purifica?. San Pablo expresa
sobre la ley antigua y el papel del pueblo de Israel; “la Ley escrita sometió
todo al pecado, para que la promesa se cumpla en aquellos que creen, gracias a
la fe en Jesucristo. Antes que llegara la fe, estábamos cautivos bajo la
custodia de la Ley, en espera de la fe que debía ser revelada. Así, la Ley nos
sirvió de guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por
la fe. Y ahora que ha llegado la fe, no necesitamos más de un guía. Porque
todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, ya que todos
ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo” (Gálatas
3:22-27). Israel recibió la ley antigua como guía para recibir al Mesías y la
gracia.
San Pablo, ex fariseo conocedor de las leyes del
antiguo testamento, enseña que la gracia no está condicionada al hecho de que
el individuo cumpla ó no la antigua ley. En lo personal, creo que la antigua
ley sirvió para mostrar lo pecadores que podemos ser, manifestar la santidad de
Dios y su amor hacia nosotros, pues Cristo murió en un mundo incapaz de cumplir
la ley.
Concluyo con una anécdota; una mujer dejo de
acudir a misa, no lo hacía por vergüenza pues su vida no era ejemplar, le respondí;
Cristo conoció este mundo, lo vivió y así estuvo dispuesto a morir, no se entregó
porque somos capaces de cumplir sus enseñanzas, se entregó porque nos amó. No
existe en el mundo alguien que pueda cumplir la totalidad de los mandamientos,
si pudiésemos justificarnos ante Dios solo por cumplir mandatos la muerte de
Cristo seria en vano.