domingo, 26 de agosto de 2018

Sonora mi refugio


            La semana pasada por invitación de una amiga acudí al poblado Miguel Alemán para conocer a Rosalía, una joven Triqui, hija de jornaleros. En el trayecto nos acompaño Rasha, mujer Siria que vive en nuestra ciudad.
            La historia de Rasha es interesante. Nos compartió parte de la tragedia que vive su país, una la guerra civil donde hay financiamiento de países extranjeros en su intento por adueñarse del país, pues Siria es la puerta a Europa desde Medio Oriente, y también, la violencia desatada por grupos musulmanes extremistas del Estado Islámico.
            Rasha antes de refugiarse en México trabajo en Cuba y nos compartió la realidad que se vive en la Isla. Es sabido que muchos cubanos emigran de modo deplorable a Estados Unidos y México escapando de la realidad que se vive en Cuba. 
            En el trayecto al poblado Miguel Alemán, Rasha se refirió a los jornaleros de la costa como “refugiados”, me sorprendió esa palabra para describir a las personas que trabajan en la Costa de Hermosillo, pero en la frase hay una gran verdad. La mayoría son migrantes que huyeron de sus comunidades para refugiarse acá.   
            La familia de Rosalía huyo de Oaxaca por la violencia, sus tíos fueron asesinados para quitarle sus tierras, su padre al poseer varias hectáreas en Oaxaca decidió huir con su familia por temor. Rosalía cuestiona; “¿Cómo es que alguien decide dejarlo todo para venir a la Costa de Hermosillo, vivir en este clima tan severo, pasar humillaciones como indígena y en condiciones laborales tan precarias?, están huyendo de la violencia pero no es su anhelo vivir acá”. La realidad de los jornaleros de la Costa de Hermosillo es dura, algunos contratistas agrícolas no proveen las condiciones necesarias para que el trabajo sea desarrollado con dignidad. Existen pleitos entre líderes campesinos haciendo que la comunidad se divida y se vuelva más débil. El propio jornalero ignora sus derechos y no sabe ni que exigir, y dentro de esta realidad está la mujer jornalera indígena.
            Afortunadamente Rosalía como mujer Triqui pudo prosperar, estudiar la carrera de Agronomía, tener un trabajo formal y tener acceso a otra realidad distinta. Ahora, Rosalía está interesada en formar una asociación civil en beneficio de la mujer jornalera en el poblado Miguel Alemán. Argumenta que muchas costumbres de Oaxaca se reflejan en los triquis asentados en Sonora; machismo, dependencia al varón y el sometimiento de la mujer por medio de la violencia, incluso hasta llegar a la muerte.
            El interés de Rosalía y otras mujeres es inspirar para que la mujer jornalera sepa que su realidad puede ser cambiada en algo mejor y no se conforme con su día a día, otorgándole capacitación para que aprenda un oficio y pueda planificar su familia.
            Como conclusión, me sorprende lo cercano que estamos al poblado Miguel Alemán y lo ajeno que somos los hermosillenses a estas realidades de los refugiados, y enfatizo; nuestra tierra fue escogida por ellos para hacer vida, desde el caso de Rasha ó los padres de Rosalía, ¿Qué conocemos de aquel migrante que se decidió por nuestro municipio para alcanzar un sueño y de qué forma podemos colaborar en la construcción de una comunidad más justa?.